| 1 cuota de $16.000 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $16.000 |
| 2 cuotas de $9.512 | Total $19.024 | |
| 3 cuotas de $6.546,67 | Total $19.640 | |
| 6 cuotas de $3.628,27 | Total $21.769,60 | |
| 9 cuotas de $2.698,49 | Total $24.286,40 | |
| 12 cuotas de $2.193,20 | Total $26.318,40 | |
| 24 cuotas de $1.600 | Total $38.400 |
| 3 cuotas de $6.817,60 | Total $20.452,80 | |
| 6 cuotas de $3.754,67 | Total $22.528 |
| 3 cuotas de $6.888,53 | Total $20.665,60 | |
| 6 cuotas de $3.781,60 | Total $22.689,60 | |
| 9 cuotas de $2.829,69 | Total $25.467,20 | |
| 12 cuotas de $2.317,47 | Total $27.809,60 |
| 18 cuotas de $1.781,60 | Total $32.068,80 |
“Buenos Aires es un kanji indescifrable. Aguzando la vista se puede desmenuzar en componentes que recuerdan un significado que jamás llega a atraparse. Los trazos son similares a los de algún ideograma muy conocido, pero al aplicar la lupa al detalle, no son iguales, algo falta o algo sobra, o el orden está revertido de alguna manera. De la misma forma los barrios de la ciudad semejan calles y esquinas y fotos-espejos de otras ciudades, pero en conjunto, no copian ninguna, porque son pedazos, células, miembros de cuerpos distintos y en total no hacen más que un cadáver fragmentado, un frankestein, un mapa incoherente, una orden sin sentido, un manual con instrucciones contradictorias, una carta con destinatario errado.
Y la aparente libertad de ir y venir por las calles en el anonimato no es tal, porque la ciudad cataloga y categoriza, incluye y excluye, alumbra y oscurece, abraza y rechaza, y los que no aprenden su idioma enrevesado jamás resisten, jamás se distienden, sobresaltados en cada rincón oscuro, en cada colectivo repleto, en cada vereda de baldosas destrozadas y gente durmiendo en la calle. Y cómo, dónde se aprende a ser porteño, como todo, en el correr del tiempo, pero solo si el ojo del monstruo atisba y acepta, entonces uno será habitante y vividor vitalicio, no importa dónde haya nacido, dónde viva, o cuál sea su nacionalidad. Para los demás, los desposeídos de la marca de agua porteña, la ciudad permanece como un parque de diversiones abandonado en una noche de invierno.”
